El envejecimiento es un proceso natural que conlleva cambios fisiológicos, metabólicos, inmunológicos y funcionales. En México, la población adulta mayor crece aceleradamente, lo que plantea nuevos retos para quienes estudian y ejercen la nutrición. Durante la temporada invernal, los adultos mayores constituyen un grupo especialmente vulnerable debido a la disminución de la termorregulación, el aumento de infecciones respiratorias, cambios en el apetito y dificultades para adquirir, preparar o consumir alimentos.
Este artículo presenta una revisión clara, práctica y basada en evidencia para orientar a estudiantes y profesionales de la nutrición en la atención integral de las personas mayores durante el invierno, con especial énfasis en la prevención de la desnutrición, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la promoción del bienestar general.
Cambios fisiológicos en el envejecimiento que afectan la nutrición
Con la edad, ocurren transformaciones que influyen directamente en el estado nutricional:
1. Disminución de la masa muscular (sarcopenia)
A partir de los 50 años, la masa muscular disminuye entre 1% y 2% por año, lo que afecta fuerza, movilidad e independencia funcional.
2. Alteraciones en el gusto y olfato
La capacidad para identificar sabores disminuye, reduciendo la apetencia por ciertos alimentos y la ingesta general.
3. Reducción de la sensación de sed
Muchos adultos mayores presentan deshidratación subclínica, especialmente en invierno, cuando la sensación de sed es menor.
4. Disminución de la tasa metabólica basal
Esto reduce los requerimientos de energía, pero no los de micronutrientes esenciales.
5. Cambios gastrointestinales
Como enlentecimiento del tránsito intestinal, menor producción de ácido gástrico y riesgo de estreñimiento.
6. Aumento del riesgo de enfermedades crónicas
Diabetes, hipertensión, fragilidad, depresión y enfermedades cardíacas influyen directamente en el estado nutricio.
Riesgos nutricionales durante el invierno
La temporada invernal aumenta la vulnerabilidad de los adultos mayores por los siguientes factores:
1. Menor consumo de alimentos
El frío, la depresión estacional y la pérdida de apetito pueden disminuir la ingesta calórica y proteica.
2. Aislamiento social
Quienes viven solos tienden a cocinar menos, recurren a alimentos de baja calidad o simplemente no consumen comidas completas.
3. Enfermedades respiratorias
Las infecciones pueden incrementar los requerimientos energéticos y disminuir la ingesta.
4. Mayor riesgo de desnutrición
Estudios en América Latina muestran que hasta 1 de cada 3 adultos mayores presenta riesgo moderado o alto de desnutrición.
5. Mayor dificultad para mantener la temperatura corporal
Requieren un consumo adecuado de energía para sostener la termogénesis.
Requerimientos nutricionales clave para adultos mayores
1. Proteína
Fundamental para prevenir sarcopenia.
Recomendación: 1.0–1.2 g/kg/día (hasta 1.5 g/kg en personas con fragilidad).
Fuentes: pollo, pescado, huevo, leguminosas, lácteos, tofu, soya.
2. Vitamina D
Importante para inmunidad, fuerza muscular y salud ósea.
Fuentes: pescado, lácteos fortificados, huevo.
Suplementación frecuente debido a baja exposición solar.
3. Calcio
Indispensable para huesos y prevención de fracturas.
Fuentes: lácteos, vegetales verdes, almendras, sardinas.
4. Vitamina B12
Su absorción disminuye con la edad.
Fuentes: carne, huevo, lácteos, alimentos fortificados.
5. Líquidos
Recomendación: 1.5 a 2 litros diarios, incluso si no sienten sed.
Puede incluir agua natural, té, consomés, gelatina y fruta con alto contenido de agua.
Alimentos recomendados en invierno para adultos mayores
1. Sopas y caldos nutritivos
Son de fácil consumo, contribuyen a la hidratación y pueden incluir vegetales, leguminosas y proteína magra.
2. Avena y cereales calientes
Aportan energía, fibra y ayudan a mantener la temperatura corporal.
3. Frutas ricas en vitamina C
Naranja, mandarina, guayaba, kiwi, indispensables para fortalecer la inmunidad.
4. Lácteos o bebidas vegetales fortificadas
Apoyan la ingesta de vitamina D y calcio.
5. Pescados ricos en omega-3
Reducen inflamación y fortalecen defensas.
6. Verduras cocidas
Más fáciles de digerir, esenciales para fibra y micronutrientes.
Prevención de desnutrición y sarcopenia durante el invierno
1. Fraccionamiento de alimentos
Ofrecer 4–5 comidas pequeñas al día es más efectivo que 2 comidas grandes.
2. Incorporación de snacks nutritivos
Opciones: yogur, frutos secos, queso panela, hummus, fruta picada.
3. Enriquecimiento de platillos
Agregar:
- leche en polvo
- claras de huevo
- queso fresco
- aceite de oliva
- crema de cacahuate
- semillas
Aumenta el aporte energético sin incrementar excesivamente el volumen.
4. Actividad física
Ejercicios recomendados:
- Caminata ligera
- Entrenamiento de fuerza con bandas
- Tai chi
- Ejercicios de equilibrio
La OMS recomienda 150 minutos semanales.
5. Detección oportuna
Usar herramientas como MNA®, MUST o SGA para identificar riesgo de desnutrición.
Factores sociales y psicológicos
La salud emocional influye en el apetito. Es fundamental considerar:
- Estados depresivos.
- Falta de compañía.
- Duelos o pérdidas.
- Problemas económicos.
- Dificultad para cocinar o ir al supermercado.
El acompañamiento del futuro nutriólogo debe incluir empatía, escucha activa y referencia a servicios comunitarios cuando sea necesario.
Recomendaciones para cuidadores y familiares
- Ofrecer alimentos tibios o calientes para mejorar la aceptación.
- Evitar porciones grandes que puedan imponer o desmotivar.
- Asegurar espacios iluminados y cálidos durante las comidas.
- Verificar caducidades y condiciones de almacenamiento.
- Fomentar la participación del adulto mayor en la selección o preparación de alimentos.
- Supervisar hidratación, especialmente en climas fríos.
El invierno puede representar un desafío significativo para la salud nutricional de los adultos mayores, pero también es una oportunidad para reforzar el acompañamiento profesional desde un enfoque humano, preventivo y personalizado. Los estudiantes de nutrición deben comprender la complejidad de la vejez y reconocer que la alimentación adecuada puede ser determinante para mantener la funcionalidad, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Promover una dieta equilibrada, asegurar la ingesta de nutrientes clave y favorecer estilos de vida activos son pilares esenciales para un envejecimiento saludable durante la temporada invernal y a lo largo del año.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud. (2023). Nutrition for Older Persons.
- ESPEN Guidelines. (2024). Clinical Nutrition in Geriatrics.
- Secretaría de Salud (2024). Recomendaciones nutricionales para adultos mayores.
- FAO (2023). Healthy Ageing and Nutrition Guidelines.